Un día para la paz y 364 para reflexionar

lunes, 8 de marzo de 2010

¡Hola a tod@s!
De nuevo en el blog para actualizarlo e intercambiar con vosotros algunas cosas. Os debía un comentario sobre nuestro ya tradicional "Día de la Paz", así que ahí va.
Como sabéis, el último día lectivo de enero celebramos una de nuestras "fiestas" del curso. Y digo "fiestas" porque los actos culturales que se celebran en nuestro centro son para mi una auténtica fiesta, es decir, una celebración común de un acontecimiento especial, que al menos yo marco en el calendario como uno de mis momentos del curso. Eso es así porque, como ya os he dicho muchas veces, celebramos juntos algo compartido, trabajado, estudiado. Ponemos en práctica la esencia misma de la enseñanza, el arduo trabajo de convivir en paz y de aprender de esa experiencia.
Además, lo hacemos trabajando en equipo, investigando sobre los problemas que azotan al mundo, sacando información de diversas fuentes como auténticos reporteros, denunciando las injusticias más candentes o las más olvidadas y no por ello menos importantes. Lo hacemos para llamar la atención de la solidaridad innata de la humanidad, la de cada uno, individual, por los que sufren, y la colectiva, la de la sociedad que se asombra de lo destructivo del ser humano e intenta paliar el sufrimiento de los pueblos heridos.
Por todo ello trato de motivaros a vosotros,  mis alumnos, abriendoos para ello pequeñas ventanitas a la verdad del mundo, para que crezcáis solidarios, comprometidos con vuestros semejantes. Si a ello le añadimos vuestra capacidad de pólipos para atrapar como el coral todas las partículas que flotan a vuestro alrededor y la capacidad de trabajo que desplegáis, junto con vuestro entusiasmo, podéis imaginaros por qué digo con toda razón que sois los mejores alumnos del instituto y por qué digo que esta es una de las "fiestas" del curso académico. Y ahí está el resultado, colgado de nuestros pasillos, para que todos lo admiren, lo lean, se conciencien y sean solidarios. Bueno, está o estaba, porque dos semanas después, un vándalo arrancó varias de nuestras siluetas en un acto de estupidez y de desprecio al trabajo ajeno. Sólo quedan imdemnes las del pasillo de la planta baja. Desgraciadamente no hemos conseguido dar con el infractor, pero me habría gustado darle una pequeña charla sobre el respeto al trabajo de los demás.
Sin embargo, el día quedó estupendo, junto con los pases de vídeo de la biblioteca, la exposición de carteles sobre los refugiados de la asociación "Entreculturas" y el resto de trabajos realizados por otros grupos. Y como aperitivo, además tuvimos la cuestación de dinero para Haití, que fue todo un éxito.
Para despedir esta entrada del blog, me gustaría mucho que invitáseis a vuestros padres echar un vistazo a este artículo mientras les contáis vuestra experiencia del "Día de la Paz" tan entrañable que tuvimos. Yo, por lo menos, lo viví así. Un saludo a todos y ya sabéis, espero vuestros comentarios.