Repaso

viernes, 22 de marzo de 2013

¡Bueno, chicas, chicos!
Al fin me he armado de coraje antes de huir al sur y me he sentado ante el ordenador para contaros algo de mi vida (y para oir de las vuestras).
El curso en San Martín avanza rápido, como todos, con ese atolondramiento que se apodera de uno en ristras de semanas que te van sacando el aire y secando poco a poco la mollera.Y al fin, un tanto anticipadamente, se te echan encima la primavera y las vacaciones, el placer y la luz a un tiempo.
Pero repasemos estos meses locos, llenos más de duelos y quebrantos como dice el Quijote-y en ambos sentidos, literal y gastronómico- que de alegrías, pero en fin...
No me voy a referir a los atropellos consabidos a que esta administración autonómica nuestra nos tiene acostumbrados, pero sí quiero compartir con vosotros un correo que me ha enviado un amigo, maestro y compañero en el Aldebarán: Santiago bueno. Dice el artículo que me envía-y demuestra con datos, fechas y números- que los funcionarios de este país hemos perdido un 30% de renta desde 2010, a manos de los gobiernos del PP y PSOE, ¡y sin contar con las subidas de impuestos varios desde esa fecha! De todo ello nos defendemos con recursos, manifestaciones, contenciosos... sólo quiero que sepáis que también me duelen vuestros recortes salariales, los de vuestros padres...cuando no la pérdida de los puestos de trabajo; en el sector educativo llevamos perdidos 61.000 profesores y maestros, ¡y no porque haya menos alumnos, porque hay 400.000 más desde hace unos cuatro años!
Y punto, no quiero envenenarme la sangre, sólo quiero deciros que me duelen vuestras cuitas como me duelen las mías, y que tenéis toda mi solidaridad en estos meses y años puñeteros. Lo peor, como dice el título de una canción preciosa de los ochenta, es que...¡y no amanece! 

Más cosas; la familia sigue desperdigada, pero contenta, peleando, trabajando, bien. La familia extensa ya es otra cosa: un tío mío murió hace un par de semanas y fuimos en un viaje relámpago a enterrarlo entre los montes indómitos del altiplano de Granada. Era mayor, estaba malito, todo lo que se quiera, pero uno piensa siempre que los va a tener ahí para siempre. Y en cierto modo es así, porque siempre lo recordaremos, no como la persona debilitada por el paso de la vida y la enfermedad, sino como el tío pastor, valiente, orgulloso y pétreo que siempre fue, resistente nato, y sin embargo, de hablar suave, menudo, sencillo, amable; su rastro quedará siempre en los paisajes que sus hijos y sobrinos añoramos. Ahí os pongo uno de esos paisajes para que sepáis de lo que hablo.
Pero también quiero hablar de otras cosas, animaros a leer, por ejemplo, cosas que he leído en los últimos meses: aquí os pongo la portada de la novela de Amin Maalouf "Los desorientados", una estupenda historia sobre la vida y los destinos de unos amigos inseparables que al crecer tomaron distintas direcciones. Es una bonita reflexión sobre la amistad y lo que uno se pierde al no cuidar más a los amigos. Os lo recomiendo. Además, la recreación del levante mediterráneo, ese Líbano desventrado por la guerra, que tan de moda está ahora, pero en su vecina Siria, tiene sin embargo, la evocación de lo mediterráneo, de la vida que compartimos todos los que nos asomamos a ese mar prodigioso. Lo que le termina de dar valor, a mi juicio, es su estilo, casi periodístico, y el poder observar, como si fuéramos vulgares fisgones, cómo se cocina la escritura de un novelista, cómo se elabora un libro, en sus primeras fases, pero muy útil para los que esperamos escribir algo interesante un día.
   Y para los que os gusta el ensayo, un libro que me prestó mi padre: "Mi Siglo", de Günter Grass. No es muy actual, porque lo escribió en el 99, pero su testimonio es impresionante, nos da pistas sobre lo que piensan los alemanes y sobre cómo piensan, sobre lo que vivieron. Es una reflexión general, también, sobre este siglo XX tan mágico como funesto, tan pródigo como desperdiciado, y Alemania, como epicentro de muchas de las cosas que en él han pasado, nos muestra con un lenguaje adaptado magistralmente a los personajes más variopintos, su visión de los acontecimientos, su visión del mundo. Pero no desde un punto de vista del erudito, del filósofo o del político, sino del de una señora enorme de las minas que dio nombre a uno de los monstruosos cañones que la Krupp hizo para machacar a Francia en la Primera Guerra Mundial, o desde el de una de las mujeres que limpió alemania de escombros tras la Segunda. Son personajes vivos, creíbles, sinceros, como esos nazis que se reúnen anualmente para hablar de sus vidas y -sobre todo-acabar añorando sus dorados años del Reich.Es un enorme fresco de Alemania en el siglo XX. Y hoy nos interesa saber de Alemania por muchos motivos.
Bueno, chicas, chicos, espero ansioso, como siempre, vuestros comentarios o misivas, vuestras lecturas, vuestras películas o sugerencias. Mientras, recibid un fuerte abrazo. Nos vemos.

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